Decía Bob Dylan que una de las consignas de su vida había sido esta: «No fear». Es decir, no al miedo. Así que yo he comenzado el 25 sin miedo alguno. Todo son amenazas, sí, de todo tipo. Pero no puedes abrirles las puertas de ... tu corazón a esas amenazas. ¿Puedo decir sin que me linchen que a mí la Inteligencia Artificial me importa un pimiento? Porque es así. Una cosa es un deseo razonable de querer saber qué pasa en el mundo y otra es estar todo el día podrido de miedo. Basta con que me digan a qué cosas tengo que tenerles miedo para que mi espíritu desobediente no haga el menor caso. Como solo tienes una vida, si decides vivirla con miedo, pues eso, que estás malgastando tu existencia, y eso es un crimen contra ti mismo. Yo no le tengo miedo a nada. Y menos miedo al miedo. Buscan, querido lector o lectora, tenerte aterrorizado. Para sentirte solidario con los males del mundo te obligan a vivir aterrorizado. Y eso, desde un punto de vista filosófico, es un error monumental, cualquier filósofo te lo diría: desde Aristóteles hasta Nietzsche.
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También aconsejaba Bob Dylan esto: «No madness», es decir, sin rabia. Para vivir sin rabia lo mejor es llevar una vida retirada, la que pregonaba Fray Luis de León. Vivir sin rabia es vivir apartado de los debates políticos que te quieren meter por todas partes de tu cuerpo, especialmente por ese orificio en el que estás pensando, querido lector o lectora. Otra cosa que aconsejaba Bob Dylan era vivir sin envidia -«no envy»-, así que ya tenemos las tres cosas fundamentales para encarar este 2025: sin miedo, sin rabia, sin envidia.
Eso sí es revolucionario, esa trinidad que nace en los corazones potentes. No esperes nada de la política, no esperes nada de la inteligencia de quienes te gobiernan, pues tal inteligencia no existe. No esperes nada de tu vida social. Mucha música, muchos libros, y mucho estar solo. Ah, ni se te ocurra encender la televisión. Especialmente en este momento de la historia. Y piensa que las redes sociales solo quieren destruir tu patrimonio moral natural, que no es otro que el de la bondad. No comas de este pastel podrido del mundo. Lee a Platón, como hago yo. Escucha a Bach o a Janis Joplin. Pasea por bosques recónditos. Mira la luna. No cuentes tu dinero en el banco, siempre va a ser poco, porque te llevan robando toda la vida y lo van a seguir haciendo en este 2025, así que olvídate de ser rico, nunca lo serás, y más en España, donde la única rica es eso que llaman Hacienda, ese misterio teológico y místico.
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