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Jesús Izquierdo fue reelegido ayer secretario general de UGT-Rioja, la prueba del nueve de la calma chicha que vive el principal sindicato de la región. Aunque durante años no fue así.
Desde que José María Buzarra dejara la secretaría general en 2002, la central ... no consiguió un liderazgo firme, y MCA (hoy FICA) siempre fue determinante. La dimisión de Carmelo Cabezón en 2007 para incorporarse a la lista electoral del PSOE de Logroño concluyó en un duelo entre Javier Granda (servicios públicos) y Luis Dorado (educación), que en un congreso extraordinario se resolvió a favor del primero gracias a MCA. Sin embargo, aquella alianza se rompió y Granda solo consiguió su reelección dos años después con una posición insuficiente para retener la armonía interna y gobernar un sindicato que aplicó un ERE de 144 días a 31 de sus 37 empleados. Granda terminó mandato sin secretaria de Organización y tampoco su sucesora, Cristina Antoñanzas, logró cerrar su etapa con su equipo al completo.
El salto de Antoñanzas a la confederal elevó al primer nivel de mando a Juan José Bárcenas. Con los apoyos de las federaciones más potentes 'lideradas' por MCA accedió a la secretaría general en abril de 2016. Nueve meses más tarde renunció debido al plan de viabilidad y al desacuerdo interno, maquillados con un «por razones personales». Izquierdo –el lector deducirá fácilmente su federación de procedencia– fue el nombre de consenso en un congreso extraordinario. Ayer se apuntaló en uno ordinario. Y de calle.
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