Me lo encontré en las Ranitas del Espolón. Aprovechando la soleada mañana, había bajado a ver a mis ahijadas, las rosas del Camino de Santiago, cuando le vi, sentado en una de las terrazas, leyendo el periódico delante de un café.

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– No te vayas ... a creer todo lo que ponen en los periódicos, ¿eh?– le dije acercándome a saludarle–.

– ¡Epa, Julio! No te había visto. ¿Qué haces tú por aquí? –me dijo haciendo mención de levantarse–.

– Quieto, quieto, no te muevas, que estás muy bien cómo estás –le dije a la vez que me sentaba a su lado–.

– Pues mira qué casualidad –dijo mostrándome la página del periódico que estaba hojeando–, releyendo tu artículo estaba.

– Muy bien me parece.

– Oye, por cierto, eso que dices de que nuestro presidente se refirió como 'Piolines' a los guardias civiles que operaron el I-O en Cataluña... eso será una coña de las tuyas ¿no?... ¿o es verdad?

– ¡Y tan verdad! Durante una sesión de control en el Congreso de los Diputados, el tío tuvo la jeta de referirse a ellos como 'Piolines'.

– ¡Joder, qué pájaro! ¿Y has visto lo de Maduro? –dijo leyendo otra de las noticias del periódico– 'El dictador venezolano acusa a la Corona española de tapar genocidios contra indígenas y africanos, y pide la condena de dichos crímenes'.

– Ya sabes, lo de siempre. En cuanto no le cuadran las cuentas a Maduro y, por lo que me cuentan, las cuentas en Venezuela están como para que el último que salga que apague la luz, pues hay que recurrir a los genocidios y a que España tiene que pedir perdón al pueblo venezolano, cuando si alguien va a tener que pedir perdón a los venezolanos va a tener que ser el chavista Maduro y su cuadrilla de desahogados.

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– Oye, que no te he dicho, ¿tomas algo?

– Un blanquito tomaré.

– Pues que sean dos... y algo para picar.

– Un pincho o una tapa.

– ¡Ya estamos!– dijo riendo mi amigo.

– Es que dice la RAE que no es lo mismo.

– ¿Y qué dice la RAE?

– Pues que la tapa es «una pequeña porción de algún alimento que se sirve como acompañamiento de una bebida».

– ¿Y el pincho?

– El pincho es «una porción de comida tomada como aperitivo, que a veces se atraviesa con un palillo».

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– Ya. Pues tampoco te creas que la RAE ha descubierto América.

– No, pero por mí... Yo lo tengo claro... la tapa se come en plato con cuchillo y tenedor y el pincho se come sobre un trozo de pan sujeto por un palillo.

– Pues en el XX Concurso de Pinchos de La Rioja, que se ha celebrado hace unos días, había pinchos que se servían sobre platos y que había que comer con cuchillo y tenedor.

– Ya. Pero es que todo cambia. Mira lo de la Cofradía del Pez. Antes se daba un pez y un bollito y ahora se da una truchita y una rebanada de pan sobado.

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– Bueno, tampoco es tanta la diferencia.

– No. Tampoco es tanta. Oye, ¿has visto qué hora es?

– ¡Ostras!, me voy. Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya sabes, no tengas miedo.

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