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La memoria del diputado Cuevas se desnuda corta como sus argumentos. El día que el Parlamento aprobaba las Cuentas regionales, dejó oír su plan extremo para recrecer el gasto a costa de procrastinar la deuda del soterramiento. Que como idea no está mal, aunque lo ... mismo a los bancos no se lo parece. Ayer insitió. Por lo visto, la amnesia de la que hizo gala ante el juez Ruz cuando lo de la sede del PP y los 200.000 euros con B de Bárcenas no le ha dejado retener la bronca de institutriz británica de la hoy jefa parlamentaria popular (a ratos diputada por La Rioja), Cuca Gamarra, a los que se oponían a la incalificable renegociación de tal débito, cuando ella mandaba en el Ayuntamiento. «Estamos muy orgullosos del soterramiento, pero ahora, cuando toca dar la cara, me las piro... No estamos hipotecando nada. El primer objetivo es acabar las obras y, el segundo, poder devolver el dinero y cumplir». Y sentenció solemne: «Si no se cumple, Logroño se juega mucho». Claro que aquella Gamarra era la del viejo PP. De lo que piensa la del PP de Casado sabemos poco y en la distancia. Lo mismo le pasa como a Cuevas y se ha olvidado de todo esto.
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