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Será porque este mes de junio se cumplen cien años de la publicación de 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada', el libro de Pablo Neruda que conmovió a muchas generaciones haciendo virtud de la melancolía. Será porque la canción desesperada comienza con los ... siguientes versos: «Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy», y no hay nada más bello que la emergencia del recuerdo en una noche llena de estrellas en el alma como aquella 'Noche estrellada' que Vincent Van Gogh pintó con lágrimas de óleo sobre lienzo de angustia desde la ventana de su habitación en el sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence. Y, entonces, conviene escribir los versos más tristes para poder decirle al día que le espera una madrugada liberada de toda la tristeza que la palabra ayer contiene en su brevedad sonora. Quizás sea porque hace unos días se cumplieron cien años de la muerte de Frank Kafka, el europeo atormentado que decía que si encuentras a alguien que te hace sonreír, que te mira a menudo para ver si estás bien, que cuida de ti y quiere lo mejor para ti, que te ama y te respeta, entonces no lo dejes ir porque gente así es difícil de encontrar. O porque ayer mismo fue el aniversario de la muerte de Jorge Luis Borges, el genio que talló las palabras en caoba sobre un tablero de ajedrez puesto que el jugador es siempre un prisionero de otro tablero, el de la vida, lleno de negras noches y de blancos días. Tal vez será porque los indiferentes y los neutrales nos hacen reaccionar con la dosis adecuada de compromiso y los burdos jactanciosos que se pavonean desde su diminuta inferioridad exhibicionista generan una adecuada respuesta por parte de la belleza íntima y resistente. O, simplemente, resulta que necesitamos palabras que huelan a jazmín ya que la poesía no salva el mundo pero nos salva del mundo y un verso es una caricia contra la indecencia ajena y la vergüenza propia de nuestro exiguo minimundo.
El caso es que aunque estés como ausente y me oigas desde lejos y una voz no te toque, aunque parezca que los ojos se te hubieran volado, los silencios de estrella y las mariposas de sueño son los besos indomables que te cierran la boca. Si en la yema de un dedo reside la esperanza de una piel que anhela ser recorrida, entonces la vida se resume en una casa en la que la ventana puede ser nuestro horizonte, el pasillo la inmensidad de la calle, una silla vacía el amor que esperamos, la cama el aire libre de los sueños y las habitaciones indómitas esquinas del mundo. El lenguaje se hizo para averiguar lo que pasa en el alma de quien habla, para poder alcanzar lo imposible y enfrentarse a lo posible. 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada'confirma que sí hay bien que cien años dure. Solo tenemos que mirar a través del silencio y que su voz alguna vez nos toque. Entonces, una palabra, una sonrisa bastan.
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