Resulta sorprendente el cambio de rictus que Felipe VI experimenta cuando visita las antiguas colonias de la Corona, esta vez con motivo de la toma de posesión del nuevo presidente argentino, el ultraderechista Javier Milei. Al lado de Milei, el Rey expresó sin disimulo su ... júbilo contrastando con el rictus funerario que se esforzaba por mostrar el día de la toma de posesión del nuevo Gobierno de España. Milei, el recién elegido presidente de Argentina, habla con Conan, su perro muerto, a través de una médium, utiliza una simbólica motosierra para adelgazar la estructura del Estado, dolarizar la economía, privatizar empresas públicas y facilitar el acceso a las armas y a la comercialización de órganos. Además, alaba a los asesinos de la dictadura militar mientras humilla a sus víctimas y flirtea con el nazismo nombrando a un exministro con pasado filonazi como jefe de los abogados del Estado. Toda una joya de la corona que a nuestro monarca le ha parecido digna de su joyero.
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A la toma de posesión acudieron otras alhajas como el primer ministro de Hungría, el ultraconservador Viktor Orbán, declarado machista y xenófobo o Santiago Abascal el líder de la extrema derecha española que quiso dejar clara su pasión mileinista. Y lo hizo al afirmar que «habrá un momento que el pueblo querrá colgar de los pies a Sánchez» ejerciendo un neofascismo expresivo que invoca la libertad y la Constitución como pretexto para mostrar su autoritarismo en cualquier contexto. El aspirante a vicepresidente de un posible Gobierno de Feijóo se sitúa en un nivel de odio que ya mostró Milei llamando «zurdos de mierda» a sus adversarios políticos o ensañándose con el papa Francisco al que calificó como «el imbécil representante del maligno en la Tierra que tiene afinidad por los comunistas asesinos».
La zarzuela El rey que rabió, creada en 1891, está ambientada en un país imaginario que alude indirectamente a España. Trata de la historia de un rey a quien su aburrimiento lo lleva a emprender un viaje de incógnito por el país, algo que sus más próximos consejeros tratan de impedir para que el soberano no descubra la triste realidad en la que sus súbditos habitan. En su aventura, el rey es atacado por un perro y todos temen que haya cogido la rabia. Casualmente, la Zarzuela también es el nombre de un palacio en el que habita un rey que está triste cuando allí lo visitan los futuros miembros del gobierno de su país y se alegra cuando emprende un viaje para visitar al presidente que habla con el más allá canino. En la Zarzuela, el palacio, nos tememos que el Rey fue víctima de la rabia sin que, aparentemente, hubiese sido atacado por ningún perro. En todo caso, es preferible coger la rabia que la motosierra. Tenga usted cuidado, Mi Rey, con Milei, entre ambos solo hay una consonante de diferencia, una 'R', de República.
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