Secciones
Servicios
Destacamos
El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre», escribe Gabriel García Márquez en el conocido y magistral comienzo de 'Cien años de soledad' recordando que hay que dar a las palabras la importancia que tienen en los sueños. Y cuando nos hurtan ... su significado, nos sustraen la estructura argumentativa capaz de poner las emociones a nuestra disposición para evitar ponernos nosotros a disposición de las emociones.
Nos estamos quebrando como país y como ciudadanos porque a nuestra desidia reflexiva le unimos un desbocado fervor ofensivo. Urge detenerse a pensar qué clase de sociedad queremos: la de la búsqueda de la verdad o la de la consigna de los bulos, la de la tolerancia consecuente o la del insulto permanente, la que llama a las cosas por su nombre o la que inflama el nombre de las cosas.
Lo popular no es lo masivo, lo gutural no es lo expresivo. Gritar es un verbo que espanta al verbo escuchar, aunque rimen. Viajar no es desplazarse. El narcisismo y el exhibicionismo no son lo mismo, aunque finalicen de forma similar. No es lo mismo partir que partirse, anteceder que antes ceder. El periodismo no puede resquebrajarse en peri-odismo, ni un grupo de información identificarse con grumo de intoxicación. Aunque a veces se confunde la derecha farisea con la derecha fascistea, también hay manos que parecen limpias, pero solo están llenas de falanges. Incluso los que afirman hacerse oír solo quieren hacernos huir. Y de casa no hay que venir llorado, hay que venir informado y, si es posible, un poco formado.
Umberto Eco señaló que algunas de las pulsiones del fascismo eran eternas: el culto a la tradición, la abominación de la discrepancia, el miedo a la diferencia, la llamada a la descontenta clase media, o ese machismo permanente que apela a las gónadas. A todas ellas se le puede añadir la constante manipulación del pasado mediante la usurpación de las palabras que lo contienen. Una forma de combatirlo es recordar el nombre de las cosas para poder humanizar el apellido de las personas.
Así que ETA fue una banda terrorista que asesinó y no el Movimiento Vasco de Liberación, tal y como lo denominó José María Aznar, ni un «grupo armado» según dijo Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu en las elecciones vascas . El mal llamado Alzamiento del 18 de julio de 1936 fue un sangriento golpe de estado contra un gobierno legítimo y legitimado y el franquismo fue una dictadura que usó cruelmente la represión como instrumento aniquilador de las libertades.
Llamemos a las cosas por su nombre para no tener que volver a ser víctimas de la banalidad que encierra la adulteración de las palabras. No olvidemos que las palabras son el latido de la memoria y sin memoria el ser humano es una marioneta en mano de los dioses o, peor aún, en manos de su propio endiosamiento.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Cinco trucos para ahorrar en el supermercado
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.