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Los que las despreciáis mandándolas callar en una conversación de sábado por la noche, los que las agredís con el gesto, con la mirada, con la mano, con esa soberbia acomodada, los vociferantes y los voxiferantes, los neutrales con los hombros encogidos por el peso ... de vuestra propia necedad, los reproductores de un pasado lleno de prejuicios que continuáis transmitiendo a vuestros descendientes, los incapaces de distinguir el sujeto del objeto, los fines y los medios, vosotros que vivís en esa sombría hombría, errónea y errática, asesina y visceral debéis abandonar toda esperanza salvo la de la posibilidad de la ternura, la de visibilidad de la vida, la de la fortaleza del llanto, la de la intensidad de una mano abrazando un cuerpo y no ahogándolo con sus deseos.

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larioja Hombría sombría