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Las raíces cuadradas se convirtieron en redondas y el infinito solicitó su fecha de caducidad. Golfos, cabos y capitales exigieron un paseo por las nubes. ... La Reconquista pidió salir de la invención de la historia para ser un capítulo de la poesía pastoril. El verbo poseer abandonó el libro de la infamia fugándose con su modo futuro. La mitocondria exigió una compensación a la central celular por el suministro permanente de energía. La escuadra se separó del cartabón en busca de relaciones menos paralelas. Los Elementos intercambiaron sus posiciones en la Tabla y el genitivo sajón cantó 'La Marsellesa'. Un balón pidió ser acariciado por el suelo del patio y demandó que dos pelotas fuesen tan solo el resultado de una suma matemática. El estudiante soñaba que aprender era volver a nacer y cuando despertó el temario todavía estaba allí. Se preguntaba por el furor del presente de indicativo, por la serenidad del pretérito perfecto, por la insistencia del pluscuamperfecto mientras pensaba que los tiempos del verbo amar deberían volver a conjugarse. Los mismos nombres pero distintos predicados ya que al final siempre son los complementos los únicos que salen indemnes de las catástrofes. Tendremos que exigir a la gramática que cambie el orden impasible de sus términos. La primera palabra debería ser «amor» y la última «nunca», a una distancia inalcanzable.

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larioja Defensa de lo imposible