Lo que nos une

Hace poco más de un año tuve la suerte de viajar a México para cubrir las IX Jornadas Futuro en Español. Asistir como periodista a este evento siempre ha supuesto un reto, por la cantidad de información que sacas de él y por el volumen de ideas y personas interesantes que tienes que ser capaz de reflejar en unas líneas. Lo sé por experiencias en Logroño, Málaga, Valencia, Santander, Gijón... Pero cuando a esto le sumas un largo viaje a un país desconocido, los nervios y la autoexigencia se multiplican. Sin embargo, una vez que pisé Ciudad de México y me sumergí en el mundo 'Futuro en Español' me di cuenta de que los buenos proyectos lo son sin importar en qué lado del charco se celebren.

Me dediqué a lo que me tocaba: observar y escuchar. Y fui capaz de ver, al igual que ocurre cuando se celebra en otros lugares, que sobre el escenario se agolpan las ideas de nuevos negocios, uniones, de compartir, de unir continentes, de servir como faro para quienes no se atreven a salir de su zona de confort. Pero al bajar de ese escenario se establecen también conexiones (muchas de las cuales comenzaron en aquella primera edición y siguen hoy en día) que han dado fruto a nuevos proyectos e inversiones que reflejan esa alianza entre lengua, empresas, tecnología o gastronomía.

La idea no puede ser más sencilla: hacer negocios con el español como nexo de unión. Sin embargo, a la par que sencilla es ambiciosa, extensa y compleja por la cantidad de oportunidades que puede suponer. Y esa complejidad se ha ido simplificando con el paso de los años, focalizando conceptos y persiguiendo realidades, al mismo tiempo que la iniciativa crecía y se alimentaba de las ideas todos y cada uno de los participantes, de sus experiencias, sus proyectos, de sus visiones de futuro.

Lo que nos une, el idioma, es una base que se ha demostrado sólida para desarrollar proyectos comunes, que afianzan todo aquello por lo que un día nació esta idea: construir un Futuro en Español.