Mañana, el semáforo se pone rojo otra vez en La Rioja, que vuelve a conducirse entre los rigores que impone el nivel 4 del Plan de Medidas según Indicadores que determina, a partir de los datos sanitarios, los pasos de la desescalada. Un cambio de ... peldaño negativo que, sin apenas trascendencia en la actividad o en la movilidad, debe ser una de llamada de atención a esa parte de la ciudadanía que ha relajado las cautelas o, sencillamente, milita entre quienes permanecen ajenos a las exigencias impuestas para evitar la transmisión de un virus que encuentra entre esos grupos su mejor caldo de cultivo. La repercusión de las vacunas es aún insuficiente y la cuarta ola sigue creciendo de forma más lenta que las anteriores, pero con idéntica constancia. Los casos aumentan en toda la región, con mayor intensidad en Pradejón, Calahorra, Alfaro o Nájera, que desde mañana se instalan en el nivel 5 con perimetraje municipal y recorte en el horario de la actividad comercial. Los oídos sordos de una minoría perjudican a la mayoría y lo hacen doblemente: en lo sanitario, porque incrementa la posibilidad del contagio; y en lo socioeconómico, porque impide un desarrollo normal de la convivencia y de la actividad productiva.
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