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Yo no viví la Edad de Oro esa en la que las puertas de las casas quedaban abiertas todo el día y no había peligro en la calle. Ahora se evoca mucho ese tiempo de ciudades tranquilas y vidas sin delincuencia, y cuando se recuerda ... algo con tanta insistencia se tiende casi siempre a la exageración. Pero sí que crecimos en un mundo más apacible en el que niños muy pequeños podíamos salir a correr por las calles en verano, cenar un bocadillo de salchichas y quedarnos jugando sin adultos hasta bien entrada la noche. Entonces la llave de casa del pueblo se dejaba detrás de una maceta con toda tranquilidad, y que esto no pueda hacerse hoy es muy significativo del deterioro general de las cosas.
Los estadounidenses empezaron a cerrar con llave las puertas de sus casas después del asesinato de la familia de Kansas que narra Truman Capote en 'A sangre fría'. A finales de los 50 se quebró la inocencia americana y a nosotros se nos está haciendo pedazos en los años más recientes. Es cierto que nuestra generación vio los años de los quinquis y los robos de bancos, ETA, las jeringuillas en los parques y esa estampa de chavales inhalando pegamento en la plaza de las Chiribitas, pero no había esta sensación constante de deterioro social.
Yo no me asusto de nada, me pasa como a uno de mis amigos que viaja mucho por trabajo y que una vez nos escribió desde un hotel de Chicago: «Nos han dicho que no bajemos a la calle. Acaban de tirotear a alguien en la puerta del hotel y lo estoy viendo todo por la ventana». Es lo que nos toca hacer, mirar y aguardar a ver si algún día regresa por fin la calma. No sé si, como dice Houellebecq, el confort debe ser interrumpido por sobresaltos, pero la colección de delitos que acumula nuestra comunidad en los últimos años está trazando una línea entre dos tiempos distintos. Hace días el periódico recopiló los sucesos truculentos que hemos vivido estas semanas, una antología criminal a la que no hay que habituarse. Yo prefiero esos periódicos del verano pasado con sus hippies emporrados y nudistas de la Familia Arcoíris.
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