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En un estado de derecho lo legal y lo moral son lo mismo. O dicho de otra manera: por mucho que una situación nos parezca más o menos moral, lo que ha de regir es la ley. Así, por ejemplo, no tiene mucho sentido debatir ... sobre si la empresa que ha conseguido devolver los camiones a la N-232 ha actuado moralmente o no: la ley está de su parte, y de su parte está por tanto el derecho a defenderse.
Dicho lo cual, urge cambiar esa ley. Es decir, urge por parte del Gobierno de La Rioja y del Gobierno de España conseguir que sacar los camiones del tramo riojano de la N-232 sea legal. Por el simple motivo de que con transporte pesado en esa carretera tan saturada los índices de siniestralidad volverán a ser insoportables, como ha quedado demostrado en el escaso tiempo en que la medida ha logrado estar vigente.
¿Tendrá la culpa el Grupo Arnedo o la patronal del transporte que lo apoya si las muertes en la N-232 vuelven a subir? No puede decirse tal cosa: ellos tienen unos intereses que están apoyados por la ley, y es obligación de todos cumplir la ley. O cambiarla.
Dicho lo cual, dos consideraciones finales. Una. Hemos llegado a esta situación, en la que lo legal es dañino para la mayoría, porque los responsables políticos no hicieron los deberes en su momento. Y por aquella terriblemente equivocada medida de prorrogar la concesión de la AP-68; que debería ser gratis, recordemos, hace ya 8 años.
Y dos. Para todos aquellos que se pregunten de qué sirve tener un gobierno, miren este caso. Mientras en Madrid y en Logroño se dedican a negociar bobadas, hay asuntos que atender. Y nadie que los atienda.
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