Leaving Las Vegas

Estos Óscar han tenido la peor audiencia de su historia, entre otras cosas porque ha sido la gala más ideologizada de los últimos años; no sorprende, espectáculo y política hace mucho tiempo que van ya de la manita. Lo vemos en la campaña electoral de Madrid, que parece una película descatalogada de Nicolas Cage. Uno acepta el teatrillo político hasta un cierto nivel de vergüenza ajena, pero lo de estos días es para pedir bolsas de vomitar. Llevan años caldeando el ambiente y crispando al personal, promoviendo el «jarabe democrático» y repartiendo carnets de acosadores buenos y de acosadores malos. Ahora salen con este circo los que consienten los homenajes a etarras mientras explican que es normal que le abran a uno la cabeza en un mitin porque convocarlo en ese sitio es 'provocar'; el mismo argumento que usa el apestoso de Torrente en sus películas para justificar el abuso sexual: «van provocando». No hay que tolerar cartas amenazantes, insultos, lapidaciones ni patadas en la cabeza y tampoco que nos tomen por idiotas. Yolanda Díaz estaba en una entrevista cuando se conoció lo del sobre con la navaja enviado por un enajenado a Reyes Maroto. Al oírlo, Díaz se estremeció como una Magdalena y se llevó las manos a la cabeza; bravo por Nicolas Cage.