De no creer. A que hagan lo que les dé la gana ya empezamos a estar acostumbrados, pero lo que peor me sabe es que además nos tomen por tontos. El pasado día cuatro de septiembre Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda de Gobierno, se reunió con ... Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo para, según ellos, hablar sobre la posible investidura de nuestro presidente en funciones. Es la primera vez que un miembro del ejecutivo se reúne con el prófugo Puigdemont tras el referendo del 1-O en 2017. El ministro Grande-Marlaska dice que la vicepresidenta segunda de Gobierno ha actuado «como representante y dirigente de Sumar, pero evidentemente nada que ver con el PSOE». No me lo creo. Que el PSOE supiera de la reunión del vicepresidente segundo en funciones me parece grave, que no lo supiera me parece gravísimo. De todas formas: Excusatio non petita, accusatio manifesta. No lo entiendo.
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De pactos e impactos. En la anterior legislatura, muchos socialistas de alto copete mostraban su disgusto con Pedro Sánchez al que acusaban de haber pactado con los independentistas, cosa esta que, según decían, para nada figuraba en su programa de gobierno. Hoy, y a partir de las elecciones del 23 de julio, ya no podrán sentirse engañados. El presidente en funciones desde el primer momento ha dejado claro que si fuese necesario pactaría hasta con el diablo para alcanzar sus objetivos. Que todavía alguien dude de que lo hará, como lo ha dicho, no lo entiendo.
De morir matando. Horas después de que se celebrase la reunión entre el prófugo Puigdemont y la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz, el fugitivo presentó la lista de condiciones para hacer que los votos de Junts favorecieran la reelección de nuestro presidente en funciones. Aunque el gobierno las haya calificado de «positivistas», calificarlas de leoninas es hacerlo con benevolencia. Ante una situación como la que estamos viviendo, ¿tanto costaría que esa energía y voluntad de diálogo que se manifiesta entre gobierno e independentistas, se manifestase entre gobierno y oposición?
Nada más. Yo aquí ceso. Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
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