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Hay un bar en Sevilla, no podía estar en otro sitio, en el que detrás de la barra hay un cartel en el que puede leerse: «En este establecimiento está prohibido hablar de la cosa».
– ¿Qué, cómo va la cosa?
– Pues ya ves. ... Tirando pese a todo.
Y es que el cartelito de marras lleva razón y la cosa no va tan bien como debiera. Y si no me creen, fíjense en esto que les voy a contar.
Sea por la inflación galopante, por la subida del precio de los alimentos o por la cada vez mayor falta de escrúpulos del paisanaje, tengo leído que el pasado año la alimentación representó el 40% de los productos robados en los supermercados.
Pero lo que más me sorprendió de la noticia no fue el hecho de que se robase mucho o poco, lo que más me sorprendió fue que no se robasen los mismos productos en todos los sitios. De que hubiera, por así decirlo, unos favoritos a la hora de encabezar la lista de los más robados.
Porque siguiendo las estadísticas facilitadas por una de esas empresas dedicadas a soluciones antihurtos, resulta que lo que se llevan sin pagar los amantes de lo ajeno depende de la comunidad en la que viven; y así como en Galicia, en Cantabria y en el País Vasco el pulpo es el producto más 'descuidado', en Extremadura y Murcia se pirran por el aceite. ¿Y eso por qué? Pues vaya usted a saber, pero así está la cosa.
¡Ah!, que se me olvidaba, y no quiero terminar estas líneas sin darles el dato que seguramente todos ustedes están esperando, ¿saben cuál es el producto más robado en nuestra comunidad? ¿No lo saben? Pues ya se lo digo yo. Según dicen, en La Rioja, el producto que más se hurta no son los helados como en Valencia o Madrid, ni siquiera la cinta de lomo como en Castilla y León, en La Rioja lo que más se 'distrae' es el chocolate. Como lo leen: el chocolate. Lamineros que somos.
Pues ya ven, así está esto y ahora, y como siempre les digo, cuidado con esto que les cuento, al fin y al cabo solo son cifras y estadísticas. Y bien podría ocurrir que de seguirlas a pie juntillas, y a la vista de las delicatessen que con mayor frecuencia se roban, pudiéramos llegar a pensar que aquí se 'descuida' más por entretenimiento que por necesidad, lo que lamentablemente se aleja bastante de la realidad. Y si no me creen, piensen un poco en ese millón y casi medio de personas que todos los días recurren a eso de las colas del hambre... y luego seguimos hablando de cómo está la cosa. Y no les molesto más. Hasta el domingo que viene, si Dios quiere, y ya saben, no tengan miedo.
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