Pedro Castillo, presidente de Perú, es un maestro sindicalista, antes 'rondero' –dirigente campesino–, que concurrió a las elecciones generales al frente de Perú Libre, una formación que se define como marxista-leninista-mariateguista. En su programa electoral, prometió que el Estado tendría mucha más participación ... en la economía e impulsaría una «revolución educativa». Castillo tomó posesión en julio y en seis meses ha arruinado su popularidad. El desencadenante de la tentativa de juicio político –un tipo de 'impeachment'–, que en Perú se denomina solicitud de vacancia presidencial, ha sido la utilización de su domicilio particular para celebrar sospechosas reuniones con empresarios, algunos de los cuales están señalados por irregularidades anteriores, en un país en que la corrupción ha sido la gran lacra y en que está prohibida esta clase de reuniones fuera de los despachos oficiales. La solicitud, sugerida primero por la extrema derecha, tiene hoy importantes visos de prosperar; para ello, hará falta que se sumen 52 de los 130 congresistas. De cualquier modo, la inestabilidad grave se ha abatido de nuevo sobre el dolorido Perú, que no termina de encontrar el camino de la serenidad y la paz.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.