El Ministerio de Consumo que ocupa Alberto Garzón ha lanzado la recurrente campaña de Navidad contra los estereotipos sexistas en los juguetes ahora que se acercan las fechas. En línea de pasadas campañas han creado un spot que viene a decir que los juguetes son ... muy importantes como perspectiva pedagógica para el futuro de los infantes. Ahí se ve un trenecito de madera, las consabidas muñecas, los balones de fútbol, las casitas, los trajes de astronauta. El mensaje no puede ser más claro y anacrónico: Que no pasa nada si los niños juegan a las mamás y las niñas al fútbol. No es que Garzón no se haya enterado de que ya hay una Liga de fútbol femenina y los papás ya pueden ser mamás, sobre todo, es que no se ha enterado de que el juguete, de verdad, es el móvil. Ese sí que es un problema serio por el acceso que ofrece a juegos, intercambios, imágenes, cuyo contenido puede condicionar de una manera muy seria la conformación de su personalidad y los valores de niños y adolescentes.

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Ahora con lo que se juega es con el Tik Tok, la red más influyente y eficaz entre los chavales. Ha superado en número de usuarios a Google y a Facebook llegando a los mil ochocientos millones de clientes. Los expertos coinciden en que sus contenidos favorecen la hiper-sexualización de los niños y que es muy adictiva y debilitante. La propietaria es una empresa china de su creador y multimillonario, Zhang Yiming pero, curiosamente, mientras sus contenidos y uso tiene barra libre en el mundo, para los niños chinos se limita a 40 minutos al día y sus contenidos no son bailes, poses, concursos de belleza infantil y demás, sino que a los menores de 14 años solo les ofrecen visitas a museos, vídeos patrióticos y educativos o experimentos para realizar en casa.

El móvil es el juguete más peligroso porque expone a los menores a la pornografía, la violencia y el ciberacoso. Pero estas redes sociales carecen de una regulación adecuada en nuestras democracias occidentales, modernas y liberales. Más bien al contrario. La insistencia en la autodeterminación de género por los nuevos gurús de la educación sexual de los menores está provocando una hiper-sexualización a muy tempranas edades.

El asunto ya no es lo del viejo estereotipo sexista tan temido por los profesores progres tipo Garzón, sino los nuevos usos y formas de relacionarse a partir de muy tiernas edades. En Bélgica una guía editada por la Institución encargada de la educación afectiva y sexual de los alumnos aconseja a los niños de 9 a 11 años intercambiar fotos de tipo erótico y sexual (sexting) «porque puede ser excitante y fuente de placer». Eso sí, les indica que oculten su rostro, y detalles físicos por los que puedan ser identificados. Escándalo en Bruselas. Y Garzón en Belén con los pastores.

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