Secciones
Servicios
Destacamos
Ha llegado el verano y los pilares de la civilización se tambalean. Con el calor, los ciudadanos se entregan a todo tipo de excesos, abandonan el pudor y la estética, declaran abolidas las leyes de urbanidad, se adhieren a conductas que serían objeto de fría ... desaprobación en el castillo de proa de un barco pirata y, como consecuencia, se propaga la anarquía con el consiguiente peligro para personas y animales.
Así, tan pronto como la temperatura lo permite, el ciudadano indefenso se ve asaltado en plena calle, y sin previo aviso, por hombres y mujeres de edad, si no provecta, al menos avanzada, ataviados con leves pantaloncitos, que en ese caso más que leves son gravísimos.
Se hacen presentes, iluminando las vías públicas, sólidos gañanes luciendo pantorrillas peludas sobresaliendo de esos imposibles pantalones piratas ornados con cintitas que penden de las perneras, imagino que para proporcionar ventilación a las susodichas pantorrillas y mitigar el calor; visten también horrendas sandalias infestadas de velcros, que dejan al descubierto enormes pies llenos de dedazos malolientes, por no hablar de esas camisetas de tirantes propias del neorrealismo italiano, que coronan, y nunca mejor dicho, el conjunto, dejando al descubierto sobacos con selvática vegetación y ampliamente contaminantes.
La cosa puede, sin embargo, empeorar porque si, con ocasión de algún desplazamiento en medios de transporte públicos, como autobuses, trenes o aviones, uno se ve favorecido con un compañero de asiento o, vade retro, de ascensor, perteneciente a esa especie, que esparce indiscriminadamente el varonil y pestilente olor que se desprende de la ausencia de vestimenta y de las sandalias abiertas, no queda otra solución que quemarse a lo bonzo o tirarse por la ventana, actitud poco recomendable, sobre todo, en los aviones.
Y digo yo: si existen normas para garantizar que los pobres animales que viajan al matadero no sufran durante el trasporte ¿para cuándo alguna norma que proteja a los ciudadanos indefensos de la proliferación de atentados a la estética y de la contaminación olfativa en calles y medios de transporte que semejantes atuendos causan por doquier?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.