Agua mineral, natural, conservadora y regeneradora

Hay otro aspecto medioambiental del que se habla poco y que debería tener mucho más protagonismo, dado el impacto que tiene en los ecosistemas rurales y en las personas que ahí viven y trabajan. Me refiero a la función conservadora y regeneradora de las plantas de envasado de agua mineral en estos territorios.

Para ir despejando dudas, el agua mineral envasada solo utiliza el 0,03% de nuestras reservas hídricas subterráneas. Por otro lado, hay que recordar que los acuíferos se localizan bajo amplias extensiones de terreno y que para garantizar la calidad de estas aguas subterráneas es preceptivo aplicar estrictos planes de conservación medioambiental que garantizan que no se producen vertidos de sustancias contaminantes, que no se desarrollan actividades incompatibles con la preservación del medio, además de fortalecer las medidas de prevención y control en las zonas de captación. Una estricta normativa y un compromiso activo que no solo garantiza la calidad de los acuíferos, sino la óptima conservación de los ecosistemas vinculados.

Pero no solo es conservación, también regeneración; en este caso, a través de acciones de reforestación, de seguimiento y control de la fauna, o de restauración de las acequias y otras infraestructuras de valor. Una muy importante función que enriquece el patrimonio medioambiental de estas zonas rurales, más allá de su relevante contribución a la generación de empleo local y, por tanto, a frenar el despoblamiento, una de las grandes amenazas de nuestro medio rural.