Borrar

Han renovado el ascensor de mi edificio. Les aseguro que ya tocaba, cada vez eran más días los que me tocaba subir la compra arrastrando ... escalón a escalón el carro. Cada vez más veces me cruzaba, de bajada, con la asquerosa del primero que no quiso pagar en su día para que nos lo pusieran y que, luego, cuando las piernas le fueron haciendo complicado incluso encaramar los dos tramitos que la llevaban a su casa, empezó a usarlo de manera furtiva, esperándolo en el bajo confiando en que no llegara un vecino y, si llegaba, fingiendo que estaba, en realidad, buscando las llaves en el bolso. Suban, suban ustedes, si yo subo andando... Lo han cambiado y ahora la asquerosa sí ha estado dispuesta a pagar la derrama para poder, al fin, subir ostentosamente y, espero, con tranquilidad de conciencia. El caso, que me lío, es que lo han cambiado y han puesto uno moderno, muy moderno. Entre nosotros y sin miedo a sonar rancio, demasiado moderno.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Periodismo de entreplanta