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Juan Francisco Ferré
Martes, 7 de febrero 2023, 00:39
El vicio contemporáneo es barato. No cuesta nada copiar y pegar un discurso improvisado cuyo valor se confía al juicio ajeno. Confundir una ley con un panfleto es un error político grave y delata incompetencia. Un panfleto busca movilizar a la militancia. Una ley, en ... cambio, es un instrumento de actuación sobre la realidad. Si la ideología interfiere más de lo normal en el proceso, surgen problemas serios, como se está viendo.
Estados Unidos viaja en vanguardia, una vez más, mientras Europa va a remolque, copiando y pegando en su agenda los mantras transatlánticos. Allí la resistencia al credo concienciado es creciente, acusando de sectarismo a sus políticas. En España el espíritu crítico ha sido abducido por las estrategias de poder de los partidos dominantes. Al parecer, ya no es correcto denunciar los peligros del fanatismo islámico, pese a que el yihadismo es el único terrorismo global del siglo. Por razones electorales, sin embargo, se pretende silenciar la opinión disidente. O estás con nosotros o eres de Vox. Para qué pensar. Copia y pega.
En una novela reciente, Rushdie atribuía la raíz del mal al místico andalusí Algazel, autor de una exégesis integrista del Corán que predicaba el miedo y la violencia como armas contra el infiel. Una mirada inocente al mundo musulmán, desde el confort de nuestras democracias neoliberales, causa terror. Al tercermundismo en que sobreviven la mayoría de sus pueblos se suma el autoritarismo patriarcal de los gobiernos, o la dictadura teocrática más opresiva, como en Irán. La izquierda debería ayudarlos a liberarse y no encubrir el yugo bajo el multiculturalismo de copiar y pegar.
Después de oponerse en el Parlamento Europeo al voto contra la represión de la prensa libre en Marruecos, Sánchez se pirra por una foto promocional con el rey alauita y este se permite el lujo de dejarlo plantado. Un gerifalte feudal humilla a un líder democrático y da igual. En el nuevo orden mundial, el peso geopolítico de la democracia mengua hasta extremos irrisorios. El fiasco de la cumbre se cifra en el acuerdo de no tratar temas sensibles que afecten a la soberanía nacional. Más de lo mismo. Copia y pega.
En menos de diez años, Ceuta y Melilla y el Sahara Occidental serán marroquíes, con el beneplácito americano. Ya no somos aliados prioritarios en la zona. Ningún presidente español podrá negarse a esta penúltima liquidación de la herencia franquista. El elefante africano está barritando en la habitación y nadie quiere escucharlo.
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