Olvídese del trabajo y la política, la familia y las deudas, y vaya al cine, hay mucho que ver, quizá más que en la supuesta realidad. Métase en una sala, no tema al frío, los cines sobreviven de milagro y la existencia del cine, en ... cierto modo, es un milagro y una maravilla. Métase sin miedo y deje atrás el mundo que le agobia y le asquea. Elija bien la película, no vale todo, elija una experiencia gratificante y memorable, luego no se queje. Hay tanto que ver todavía. Es la gran lección del cine. La vida se vive y también se ve, o se mira. La pantalla es una ventana indiscreta donde descubrir los secretos más preciados del otro y del mismo. El cine es experiencia y espectáculo a la vez y enseña a mirar la vida desde un ángulo nuevo, una perspectiva diferente.
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El cine nos muestra que todo en la vida es efímero y transitorio, como la moda, y las películas siempre tienen un punto de conexión actual, de un modo u otro, nos hablan a nosotros, los habitantes del presente, de las cosas que nos inquietan o seducen. No espere a verlas en plataformas, puede ser tarde, si lo piensa bien. Véalas en salas oscuras donde la luz revela su verdadera potencia. Recuerde que el cine es el único arte que mantiene una vinculación mágica con la luz y la oscuridad del mundo, como sabía el genial David Lynch, la cámara oscura donde se proyectan en sesión continua los arcanos del inconsciente de la especie. La vida es brutal y el cine puede serlo también. No se debe perder, en este sentido, la gran película del momento.
En 'The Brutalist', el bruto es un potentado, la encarnación pura del capitalismo americano, y el artista moderno, un judío húngaro huido del horror nazi. El arquitecto brutalista se juega la vida y la fortuna por realizar un ambicioso proyecto financiado por el magnate que posee, en realidad, un significado oculto relacionado con la vida del arquitecto. Sus padecimientos y los de su mujer en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau, lugares donde la cámara oscura se transformó en el infierno de la cámara de gas. De esto también habla la película. Los exiliados europeos, escritores, científicos, artistas, músicos, intelectuales, hicieron grande a América y pequeña a Europa. Nuestra barbarie profunda y nuestra deriva autodestructiva, pese al genio exuberante de la cultura europea, nos privaron de ser un poder geopolítico mundial. El rapto de Europa ya no tiene remedio, por desgracia, y va a peor. Desengáñese. Este artículo nunca lo escribiría DeepSeek.
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