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Juan Pablo Fusi, historiador contemporáneo de la generación que hizo la Transición, uno de los intelectuales más respetados de España, está preocupado por el actual rumbo de la política nacional. Fusi ha dicho que hay que tener un cuidado extremo con hacer transformaciones de la ... organización territorial del Estado por la puerta de atrás. Perteneciente a la escuela de historiadores que cree en la relación de la historia de las naciones con el azar, el accidente, la contingencia, lo inesperado. No profesa la fe en lo inevitable del devenir de los pueblos, ni en el determinismo esencialista o en la visión lineal de la Historia, porque está convencido de que las decisiones individuales, de protagonistas puntuales en la vida de un pueblo, pueden ser determinantes en el futuro, como lo fueron del pasado. «Muchísimos hechos que nos parecían sociales ocurren por decisiones individuales. Por tanto, hay una gran responsabilidad en lo que se hace», ha dicho el historiador.
Y no es arriesgado adivinar detrás de esa reflexión la importancia que otorga a las decisiones de Pedro Sánchez desde el poder. Para evitar romper la delicada estructura territorial del Estado, Fusi, propone que las eventuales reformas sean consecuencia de un pacto nacional entre las grandes fuerzas políticas y no se deje en manos exclusivamente de la decisión unilateral de un gobierno . «Y muchísimo menos, dice, por ser dependiente para gobernar de partidos y movimientos nacionalistas». Para uno de los mejores historiadores modernos, España, vive un momento delicado de gran preocupación, pero a su juicio la vida social despreocupada, en su plebiscito semanal, gastronómico-turístico-deportivo, evita que exista una tensión callejera «como la que pudo haber en la primavera trágica del 36». Juan Pablo Fusi, teme que un presidente acabe siendo la mano que mueva la historia de España ante la presión del nacionalismo periférico. «Hace mucho tiempo que me convencí de que lo inesperado, el azar, son categorías de la historia». Cabría añadir que, es cierto tanto para lo negativo, como para lo positivo. Justo ahora que se cumplen 50 años de la publicación de «El archipiélago de Gulag».
Alexander Soljénitsyne, un solo hombre con sus estremecedoras memorias de los campos de trabajo a los que desterraba el régimen soviético a los «enemigos del pueblo» , reveló a los ojos del mundo la verdad del socialismo en la URSS. Un hombre y un libro desmontaron ante la intelectualidad occidental (Sartre, Aragón Rusell) el grial del socialismo de rostro humano. Él solo desafió a los dirigentes de la URSS, puso su vida en peligro, convulsionó occidente y nueve años después cayó el comunismo y se dinamitó la Unión Soviética. Un hombre solo fue la mano que movió la historia.
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