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Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido», dice uno de los versos del poema número 20 del célebre libro de Pablo Neruda 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada'. Como tantos otros, lo leí de joven y mientras habitaba el ... feliz territorio del amor correspondido; cuando piensas, porque en realidad no piensas, que será la soleada casa en la que transcurrirá tu vida. Entonces, entendía en el verso ese largo olvido como el tiempo necesario para el cese de la aflicción por una intensa relación amorosa que concluyó. Es decir, la superación de la resaca del amor, asunto sobre el que escribí un libro de relatos. Sin embargo, aunque lo probable es que Neruda pretendió ese significado, a través del prisma de las sumas y restas de la edad, el largo olvido me sugiere una metáfora de la melancolía del desamor prolongado. El desamor entendido como la especial soledad que conlleva una extensa ausencia de amor en ambas direcciones: no te enamoras de nadie y nadie se enamora de ti.
El diccionario define desamor en su primera acepción en ese sentido, como falta de amor, o de amistad, añade; creo que no se pueden unir. También, en una tercera acepción lo hace sinónimo de enemistad o aborrecimiento. En todo caso, no conceptúa el desamor como estado de convalecencia, más o menos doliente, por una concreta relación rota en contra de tu voluntad. He comprobado que es frecuente considerarlo en este sentido. Por ejemplo, me sorprendió que en un pequeño debate sobre el significado de desamor con mis antiguos alumnos del taller literario Fuentetaja, la mayoría era de tal parecer y les parecía incluso rara mi idea del desamor como un periodo de vida, que a medida que pasa el tiempo ves con más probabilidad que no tendrá vuelta de hoja y será definitivo, con ausencia de amor.
Es un tema que me interesa en la literatura y en el cine y en el propio estado vital. Para sentir y comprender -también para encajar sin que constituya un quebranto global- la acostumbrada y tranquila melancolía del desamor, creo que es necesario haber vivido amores tanto apasionados como profundos. Supongo que la esencia del desamor está en que añoras lo que has tenido y disfrutado con plenitud, pero aceptas no tenerlo ya, no volver a enamorarte porque no encuentras a una persona con la que suceda de nuevo el milagro o evitas que pase por motivos de imposibilidad práctica. Como en todo lo demás, también el desamor hay que contemplarlo con sentido del humor y la relatividad distante que aporta reírse de uno mismo. Conviene la transformación de triste letra de bolero en monólogo farsa de Groucho Marx.
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