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Se acepta, en general, que el cristianismo defiende a los pobres y que su núcleo doctrinal es el sermón de la montaña con sus bienaventuranzas; ... además, esta defensa del que no tiene se confirma con la gran cantidad de máximas evangélicas que la proclaman: las obras de misericordia del evangelio de Mateo, el «toma lo que tienes y dáselo a los pobres» de Marcos, «dichosos los pobres porque de ellos es el reino...» de Lucas, etc. Sin embargo, sin tener que llegar a los apócrifos, los evangelios también son una especie de cajón de sastre, en el que caben muchas cosas que se prestan a interpretación. Así, en el de Mateo se lee: «A quien tiene se le dará y a quien no tiene, aún lo poco que tiene, se le quitará». A esta última máxima, de necesaria interpretación, parece que se acogerá el presidente Sánchez en la negociación de su investidura, porque mucho nos tememos, si se confirmase la misma, que será al que más tiene –léase vascos y catalanes– a quien se le dará, dejando de percibirlo el que menos tiene.

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larioja Sánchez y el evangelio