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En la amanecida de aquel 10 de junio me despertó el estruendo. Temblaron los cristales de la casa y un aleteo de pánico, mezclado con ... estridentes gorgeos de mil pájaros gárrulos se apoderó del parque. Me asomé a la ventana y vi correr a algunos noctámbulos que volvían de celebrar las fiestas de San Bernabé. Una voz gritó: «Ha sido una bomba», mientras el silencio que sigue al drama fue roto por sirenas policiales ululando a lo lejos. Poco a poco, las emisoras de radio fueron precisando el hecho: un coche bomba había explotado junto a la Torre de Logroño, destrozando varias plantas, y una gran bola de fuego se levantaba en medio de la Gran Vía.

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larioja El ruido de la bomba