Borrar

Todos sabemos lo difícil que resulta poner de acuerdo a gobernantes y opositores para aprobar leyes y decretos; y mucho más difícil que lo hagan ... para reformar la Constitución, que parece casi intocable, aunque haya unos cuantos artículos que se deberían modificar. Por eso llama mucho la atención que lo hayan conseguido, ¡por fin! Pudiera pensarse que han acordado algún gran tema de Estado, de los muchos que deberían: plan sanitario nacional, modelo educativo que dure unos cuantos años, política exterior..., pero, ¡quiá!, han decidido modificar un artículo de nuestra Carta Magna para cambiar la palabra 'disminuido' por 'con discapacidad', que vienen a designar lo mismo, aunque creen falsamente que una es políticamente más correcta que la otra. Tengo la sensación de que hemos entrado en una dinámica en la que importa más la apariencia que el fondo de las cuestiones, la corrección política más que el contenido. Vayamos al ejemplo de las palabras de marras: cuando yo era niño, si llegaba el infortunio de tener un hijo con problemas cerebrales, se decía: «Han tenido un hijo tonto». Como el calificativo 'tonto' tenía, también, carácter de insulto, se decidió, no con mal criterio, cambiarla por 'subnormal', que entonces no tenía carga negativa, sólo indicaba que algo estaba por debajo de lo normal. Pronto esta nueva palabra pareció ofensiva y se sustituyó por 'disminuido', que ahora en la Constitución se cambia por «con discapacidad», que al parecer de nuestros próceres es más correcta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja ¿Disminuido o con discapacidad?