Un Bien de Interés Cultural (también conocido por sus siglas BIC) es una figura jurídica de protección del patrimonio histórico español, tanto mueble como inmueble. ... A fecha de 2021 había en nuestro país cerca de 40.000 bienes declarados en el registro, de los cuales aproximadamente la mitad eran bienes inmuebles (mayoritariamente monumentos) y la otra mitad bienes muebles (mayoritariamente pinturas y dibujos).
¿Hay alguien en su sano juicio que dude de que se deba otorgar esa figura protectora al monasterio de San Prudencio del monte Laturce? Pues parece ser que la dirección del Patrimonio del Gobierno de La Rioja no lo tiene tan claro.
La asociación Salvemos el Monasterio de San Prudencio, como consta en sus objetivos estatutarios, solicitó oficialmente la apertura del expediente administrativo correspondiente para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) del conjunto monumental del Monte Laturce, ante la dirección del Patrimonio del Gobierno de La Rioja. Esta iniciativa fue apoyada por la Dirección de Cultura, con quien nos reunimos una semana antes, y en cuya reunión se nos dijo que disponían de suficiente información arqueológica para cursar exitosamente el expediente ante la Comisión del Patrimonio de La Rioja. Dos meses después, ni tan siquiera hemos recibido un acuse de recibo y se nos comunica oralmente que va a ser denegada. La razón de esa negativa sería que no existen elementos suficientes que determinen con claridad los bienes a proteger. Razón esgrimida que no nos satisface por ser contraria a la realidad.
Lo primero que llama la atención en este periodo de interregno tras los resultados electorales, es que se tomen decisiones de semejante calado cuando aún el nuevo equipo de gobierno no ha comenzado a funcionar. Tras numerosos contactos e informaciones recolectadas nos hemos podido dar cuenta de que el asunto tiene ribetes que nos tienen preocupados. Sentimos que la creación de nuestra asociación ha generado malestar en un mundo administrativo acostumbrado a hacer y deshacer sin contar con la ciudadanía, actitud que podría dar lugar a sospechas de la existencia de supuestas connivencias para la defensa de intereses privados entre los profesionales de la arqueología y la administración (a veces compañeros de carrera) que se repartirían, como si de un monopolio se tratase, los presupuestos del sector y que verían con desasosiego la aparición de un nuevo proyecto de entidad que pudiera mermar la cuantía del reparto presupuestario a la que están acostumbrados, en una suerte de corporativismo gremial interesado.
Esta primavera rehabilitamos la Romería Popular de San Prudencio en las laderas del monasterio, tradición que venía perpetuándose durante siglos pero interrumpida al mismo tiempo que se consumía la decadencia del cenobio. Para este singular proyecto, en el que participaron más de 300 personas y que despertó un enorme entusiasmo en los números ayuntamientos locales que lo sustentaron, tuvimos que acomodar una finca cedida por el Ayuntamiento de Clavijo, que hemos llamado el Jardín de San Prudencio, tras horas y horas de esfuerzo a pico y pala para ofrecer a este acto festivo/religioso un espacio digno en donde celebrarlo.
Pues bien, después de anunciarnos que no concederían el BIC al monasterio, la dirección de Patrimonio proyecta la realización de un acceso a las ruinas que pasa por el medio de dicho espacio del ya emblemático jardín, sin tener en cuenta que ya existen caminos alternativos que evitarían este vil atropello. Un camino, se nos dice, que serviría para la realización de ciertos trabajos en el monasterio llegado su momento, cuando resulta que ninguna intervención está prevista en los dos próximos años.
Para decir verdad ya estábamos alertados del peligro que corría este espacio, ya que Cultura ni siquiera contestó a la invitación a participar en la romería que les enviamos. Todo un presagio.
¿Por qué tanta precipitación, que solo tiene como efecto palpable entrabar las actividades previstas en nuestro jardín a lo largo de todo el año, además de nuestra romería anual? Sabíamos que el camino será arduo y asumimos con orgullo y a la vez con humildad, algo que no parece ser del agrado en determinados funcionarios. Sin nuestra irrupción en la opinión pública riojana esas ruinas seguirán en el más inoble de los olvidos.
Para ello, a los hechos nos remitimos.
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