Hoy, 3 de noviembre, se celebra el Día Mundial de 'Una sola salud', un enfoque holístico y multidisciplinar recomendado por instituciones, como la Organización Mundial ... de la Salud (OMS), para enfrentarnos a los problemas de salud. Este término, denominado en inglés One Health, está de moda y no hay foro médico y veterinario en que no se hable de él. Otra cosa son las medidas tomadas para su desarrollo fuera de esos salones.
Hablar de 'Una sola salud' no es hablar de algo nuevo. Muchas culturas ancestrales integraban la medicina humana y veterinaria. En la mitología griega, el centauro Quirón sanaba a hombres y animales e Hipócrates (460-370 a.C) consideraba la salud necesariamente relacionada con la naturaleza. El padre de la medicina moderna, Rudolf Virchow (1821-1902), abogó por un enfoque comparativo para enlazar la medicina humana y veterinaria. Él acuñó el término zoonosis para referirse a las enfermedades que adquirimos desde los animales, empleando también el término 'Una Medicina'. El lema del escudo del Colegio de Veterinarios Higia pecoris, Salus populi, «La salud del ganado es la salud del pueblo», es también muy sugerente.
A lo largo de la historia han existido intentos de desarrollar un abordaje multidisciplinar y trabajar de forma coordinada. Este tipo de visión tomó fuerza en el año 2004. Así, bajo la premisa de 'Un mundo, una salud', la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, usando estudios de diferentes zoonosis, elaboró el denominado Manifiesto de Manhattan que venía a decir lo siguiente: para ganar las batallas a la enfermedad durante el siglo XXI y, al mismo tiempo, garantizar la integridad biológica de la Tierra para las generaciones futuras, se requieren enfoques interdisciplinarios e intersectoriales para la prevención, vigilancia, monitorización, control y mitigación de enfermedades.
Acabamos de sufrir una pandemia generada por un nuevo coronavirus procedente del mundo animal. El 60% de las enfermedades infecciosas de los humanos, y el 85% de las amenazas actuales, tienen origen animal. Nuestra historia está plagada de pandemias provocadas por agentes infecciosos, que siguen siendo la primera causa de mortalidad. Sólo en este siglo, nos ha tocado vivir pandemias y epidemias con una enorme mortalidad. Los diferentes sistemas sanitarios (sin distinción entre lo público/privado) se han tensionado, con el agravante de que existen zonas del planeta en las que los sistemas de salud son muy frágiles o prácticamente inexistentes (bomba de relojería en un mundo globalizado).
También nos enfrentamos al creciente desarrollo de resistencias a antibióticos de las principales bacterias. De hecho, la OMS estima que para el año 2050 las infecciones provocadas por estas «superbacterias» se conviertan en la primera causa de muerte, superando a las provocadas por el cáncer o enfermedades cardiovasculares. Las amenazas actuales también proceden del gran incremento en el número de artrópodos vectores y especies invasivas de los mismos, favorecidas por el cambio climático y por falta de planificación de las administraciones con competencias para su control. Hablar del abordaje 'una sola salud' no es solo hablar de infecciones. Es hablar de los efectos del cambio climático sobre la salud que agrava procesos cardiovasculares, respiratorios, del control de la cadena alimentaria en todos sus niveles... Todo esto no se puede lograr sin una perfecta coordinación entre numerosos actores, de los que los sanitarios somos, simplemente, una de sus piezas.
Estamos en la época del big data y su estudio puede ser una gran oportunidad para predecir las amenazas que nos acechan. Si detectamos en el mundo animal agentes infecciosos con capacidad de afectar a humanos y actuamos antes de que se produzca el salto entre especies, podremos evitar o, al menos, minimizar el impacto que puedan tener en la sociedad. Trabajemos juntos arquitectos, matemáticos, informáticos, biólogos, veterinarios, farmacéuticos... No se trata de crear nada nuevo, solo tenemos que integrar y coordinar las diferentes alertas de nuestro mundo globalizado. No se asuste: se trata de crear conciencia de los riesgos y capacitarnos para evitarlos o reducirlos. No sabemos cuándo tendremos la próxima pandemia, ni cuál será su origen, pero hay muchas amenazas y, tarde o temprano, aparecerá.
Para tranquilidad del lector, solo me queda expresar el agradecimiento a este Gobierno que, sensible con lo anteriormente expresado, está estudiando, fuera del salón, el correcto abordaje de estas amenazas.
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