Ha elegido usted hoy aspirar a ser el próximo secretario general de su partido, pero tenía la oportunidad de haber defendido a los riojanos y ... no lo ha hecho». Es la frase que me espetó el presidente Capellán en el Debate sobre el estado de la Región cuando ya no tenía derecho a réplica por mi parte. Una frase de trazo grueso y cargada de mala fe que el tiempo juzgará. Pero analicémosla mejor: he elegido aspirar a secretario general del PSOE de La Rioja, cierto. Pero lo hago con un importante matiz con respecto a cómo aspiró Gonzalo Capellán a ser candidato a presidente de la Comunidad. Sí, en mi partido habrá primarias y congreso, justo lo que él impidió al exigir ser candidato con la condición de no pasar por las urnas, es decir, sin ser sometido al escrutinio de las bases del Partido Popular.
¿Qué evidencia empírica tiene el señor Capellán para asegurar que La Rioja va a recibir hasta 300 millones de euros menos que con el actual modelo de financiación? Desde luego, no la misma que tengo yo para asegurar que La Rioja dejará de ingresar casi 200 millones de euros en una legislatura gracias a los regalos fiscales al 1,5% más privilegiado. ¿Qué dije al respecto de este asunto, al que Capellán dedicó más tiempo que a los problemas del sector agroganadero en su discurso de dos horas y cuarenta y siete minutos? Afirmé, alto y claro, que los socialistas defendemos el statu quo que nos otorgó el actual modelo de financiación impulsado en 2009, con Zapatero en la Presidencia, y que el Partido Popular de Rajoy y Pedro Sanz no apoyaron. Sí, ese modelo que ahora Capellán reconoce como muy beneficioso para nuestra comunidad. Pero como adelanté al presidente, los socialistas apoyaremos una mejor financiación para La Rioja para un fin irrenunciable: fortalecer el estado del bienestar rechazando regalos fiscales a los de siempre. Bajar los impuestos a quien más tiene y exigir más recursos al Estado se llama cinismo fiscal.
También quise alertar de algo preocupante: el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, que en 2016 defendió (en el Círculo de Economía en Barcelona) un concierto catalán homologable al régimen vasco y navarro, ha dado una orden expresa a sus presidentes autonómicos: prohibido negociar nada con el Gobierno de España de manera bilateral. ¿Qué significa esto? Como le dije al presidente en el Debate, supone un ataque frontal a nuestro Estatuto de Autonomía, que consagra la potestad de entablar un acuerdo bilateral para compensar el efecto frontera con dos comunidades autónomas que gozan de un régimen fiscal especial. Es decir, la singularidad de La Rioja tiene un nombre y un apellido: artículo 46. ¿Está dispuesto a utilizarlo para defender una financiación complementaria que, tras evaluar y cuantificar los perjuicios, amortigüe ese efecto frontera a través de la comisión mixta que solo se ha reunido en 1992 y 2021? Si nos atenemos a la decisión del Ejecutivo riojano de devolver 20,5 millones de euros al ministerio destinados a adquirir suelo de Sepes para rebajar su precio a 35 euros y así competir con nuestros vecinos y atraer empresas, me asisten todas las dudas. ¿Va a acudir Gonzalo Capellán al palacio de La Moncloa a defender La Rioja desoyendo a Feijóo? Yo le pido que lo haga.
Desde mi partido vamos a ser coherentes en la defensa de nuestro autogobierno. Una filosofía que defiende lo que, en su día, el presidente José Ignacio Pérez aseveró: «La Rioja, ni más ni menos que ningún otro territorio». Una financiación autonómica justa, solidaria y que garantice la igualdad en la prestación de los servicios públicos en todo el país. Lo dije en la tribuna de oradores, y considero que es un posicionamiento nítido que se aleja de la política ficción y la demagogia oportunista de la que hizo gala el presidente, que buscó un titular que resumiese un debate que debió centrar en nuestra región. Un debate que mi grupo se tomó de manera seria, haciendo una crítica firme a la acción de gobierno, pero complementada con el ofrecimiento de cuatro grandes acuerdos de región en materia de industria, infraestructuras, sector vitivinícola y natalidad.
A la espera de que el presidente cumpla y nos llame para explorar acuerdos de región abriendo, por fin, un canal de diálogo con el resto de las fuerzas políticas como han hecho el resto de presidentes autonómicos, quiero evidenciar la verdadera motivación para presentar mi candidatura a liderar el PSOE de La Rioja: la defensa de los riojanos y riojanas a través de la articulación de una alternativa rigurosa, propositiva y útil a quien me arrojó la frase que da comienzo a este texto y que, más pronto que tarde, se demostrará ausente de rigor y elegancia. Pues la segunda parte de la frase será la consecuencia de la primera. Presidente, se acabaron los efectos de la herencia recibida. Trabaje con ambición de comunidad y luces largas. En eso, encontrará la lealtad de un partido imprescindible para entender la construcción de esta maravillosa tierra y su aportación decisiva a España.
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