El mundo está muy revuelto desde hace años. Hay muchas razones para una degradación que causa enormes daños a millones de personas. Su incremento se debe al escaso cumplimiento y respeto de las leyes. Por desgracia, la fuerza y la violencia han servido históricamente para ... que muchos energúmenos impusieran sus intereses, sus ideas autoritarias, asaltaran el poder y sometieran la convivencia y la paz a sus propios deseos y conveniencia. Entender la historia de la humanidad sirve para conocer las graves consecuencias que conllevan las actitudes dictatoriales y populistas. No es una justificación para asumir como algo normal la repetición de regímenes criminales. La evolución del mundo civilizado nos ofreció leyes, normas, tratados, constituciones y toda una serie de acuerdos nacionales a internacionales para regular y garantizar la convivencia entre las personas.
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En el siglo pasado el mundo sufrió dos guerras mundiales con efectos devastadores, millones de muertos y una destrucción apabullante. Aunque algunos pretenden culpar a las ideologías, las religiones y las costumbres de la responsabilidad de esta demencia humana, el factor clave fue la intención fascista y después comunista de imponer su poder y lograr el control de los recursos y de la población de otros países. Algunos líderes autoritarios utilizaron la crisis económica y social para usar la democracia para llegar al poder y después ejercerlo en su propio beneficio y mantenerse a toda costa. En algunas ocasiones, la presión internacional de las denominadas democracias liberales con gran influencia política y económica lograba que las tentaciones de no cumplir ni respetar las leyes quedaran en nada y sus protagonistas apartados.
En los últimos años, el problema del populismo autoritario se ha extendido a países tan relevantes como Estados Unidos, con Donald Trump todavía en carrera electoral y los jueces aplazando sentencias vergonzantes. Y en Venezuela, los dictadores chavistas se ríen del mundo, apoyados por socios rusos, chinos, iraníes y cubanos, y se atrincheran en el poder pese a haber perdido las elecciones, en condiciones muy desfavorables para la oposición. A cambio de levantar algunas sanciones Biden negoció unas condiciones electorales, hacía falta petróleo en el mercado para que no subiera el precio y se beneficiara Rusia. Ahora se plantea cómo forzar la salida de los chavistas. A tiros no es una opción, cerrar el grifo del petróleo que controla una empresa americana y que los militares no cobren sí puede serlo. El ejemplo macabro de los chavistas en el poder es una degradación mayor todavía de lo que debe ser un Estado de derecho que garantice la convivencia y la paz.
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