La demostración de fuerza suele ser uno de los elementos claves para conseguir la disuasión que se persigue para evitar un gran enfrentamiento sin perjuicios para las posiciones e intereses que se defienden. En el último siglo la gran disuasión histórica ha sido la capacidad ... del arma nuclear que poco a poco ha sido alcanzada por varios países. Durante la Guerra Fría, los arsenales nucleares de las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, garantizaban la disuasión con la denominada doctrina de la destrucción mutua asegurada. Israel es uno de los países que ha logrado el arma nuclear. El único en Oriente Medio por el momento ya que Irán está intentando lograr su programa nuclear, algo que Tel Aviv está decidido a impedir.
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Desde el pasado 7 de octubre, tras la masacre terrorista perpetrada por Hamás en Israel, el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu lleva a cabo la decisión de acabar militarmente con los grupos terroristas proiraníes. Las operaciones contra Hamás en Gaza y los bombardeos contra Hezbolá en Líbano, así como unos tibios golpes directos entre Israel e Irán, o los ataques hutíes desde Yemen contra buques que se dirigen al canal de Suez complicando el comercio internacional, han hecho temer una escalada mayor sin control y con consecuencias imprevisibles. Ahora, la situación ha cambiado notablemente. Ante las acusaciones de víctimas civiles en Gaza, aunque Hamás los utilizara como escudos humanos, Israel ha focalizado sus objetivos en los líderes políticos, como Ismail Haniye, o en altos mandos operativos de Hamás y Hezbolá. Y ha dado un enorme golpe de efecto, una disuasión espectacular, con la operación de los 'buscas' y los 'walkie-talkie'. Miles de aparatos han explotado causando la muerte de más de 30 miembros de Hezbolá y miles de heridos. Han provocado, además, una sensación de vulnerabilidad, debilidad, inseguridad e incertidumbre en la milicia libanesa, pero también en Irán.
Israel está rematando la operación con bombardeos contra lanzaderas de cohetes en el sur del Líbano y la muerte de más altos dirigentes de Hezbolá. Su líder, Hasan Nasrala, habla de declaración de guerra y de castigo apocalíptico. Nada nuevo en estos casos. La realidad puede ser muy diferente. En una operación que ni los guionistas de 'Fadua' podían imaginar, con unos aparatos desfasados, la disuasión de ir a la guerra abierta puede funcionar entre quienes ahora tienen miedo de abrir el microondas o dar la luz en sus casas. Por ejemplo.
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