Vladímir Putin también hace campaña electoral cuando todos sabemos que no va a necesitar mucho esfuerzo, desde hace muchos años ha hecho lo que necesita, para ganar las elecciones porque controla todos los resortes y porque los opositores que podían hacerle algo de sombra han ... desaparecido de la escena electoral, incluido el asesinato de Alexéi Navalni. No son muchos miles, pero sí varios centenares, los ciudadanos que desafían la dictadura del Kremlin y van a la tumba de Navalni a depositar flores. Más de un centenar han sido detenidos. No sabemos lo que sufren después, pero es su forma de protestar por unas condiciones de vida precarias, una situación sin libertades y una guerra, disfrazada de operación militar especial donde miles de jóvenes han sido utilizados como carne de cañón dejando su vida en Ucrania. El incremento de apariciones de Putin puede interpretarse como una manera de justificar el entramado de la pantomima que son unas elecciones fraudulentas o quizá para impulsar la participación de los rusos y así evitar que a pesar de todos los condicionantes, numerosos ciudadanos puedan expresar su malestar y rechazo a la dictadura de Putin y a su invasión de Ucrania con su silencio en las elecciones.No es sencillo porque el voto se fiscaliza y la abstención tiene sus costes.

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En su última comparecencia, Putin volvió a ensalzar el orgullo ruso, se jactó de los avances de su Ejército en Ucrania, hace un año era un desastre, y amenazó con usar armas nucleares contra los países de la OTAN si despliegan tropas en Ucrania. Una bravuconada electoralista o una amenaza en toda regla a tener en cuenta. La mayoría de los miembros de la Alianza Atlántica no han secundado la advertencia del presidente francés, Emmanuel Macron, de desplegar tropas en Ucrania, aunque fuera sólo para formación de las unidades ucranianas. Una declaración demasiado acelerada e improvisada por necesidades de política interna. Todos saben del apoyo que están prestando los aliados a la inteligencia y a unidades especiales ucranianas, pero colocar efectivos no está, de momento, en los planes de la Alianza. Otra cuestión sería que Putin atacara a alguno de sus miembros y se enfrentaría a la activación del artículo V: un ataque contra uno de los países de la OTAN se considera un ataque contra todos. Otro aspecto es el aparente buen comportamiento de la economía rusa que aguanta a pesar de las sanciones. Putin se muestra orgulloso porque resiste y se ha centrado en la maquinaria de guerra. Las elecciones fortalecen a Putin, mientras la puja electoral en EEUU debilita a los aliados.

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