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Tras catorce años apalancado en el Palacio de la Moncloa, Felipe González asumió su nueva condición con aquella célebre reflexión: «Para mí, los expresidentes son como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. Se supone que tienen valor y nadie se atreve a tirarlos a la ... basura, pero en realidad estorban en todas partes». Recientemente, González la ha actualizado con ironía: «Nadie sabe bien dónde ponerlos y todos albergan la secreta esperanza de que, por fin, algún niño travieso les dé un codazo y los rompa». ¿Pedrito o Pablito, quizás?

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larioja Jarrones y floreros