Jaque

Y eso que a Meghan, con su piel clara, sus pecas y su pelo lacio, la parte afroamericana cuesta un rato vérsela... Pero eso (dudar de su negritud o sospechar que solo la utiliza para lo que le conviene) podría constituir en los tiempos que corren un delito de lesa humanidad, digno de ser llevado ante el alto tribunal inquisidor de la incorrección política. Así que tecnicismos étnicos aparte, la realidad es que la duquesa de Sussex ha descubierto, igual que antes lo hiciera su difunta suegra, que para reinar hoy en día no hace falta título ni corona, que el cetro te lo otorga directamente la opinión pública.

La diferencia es que a Lady Di no la conocía nadie antes de prometerse con Carlos, mientras que Lady Meg ya era una princesa de Hollywood antes de casarse con Harry. ¿Y quién quiere ser secundaria en Buckingham pudiendo ser protagonista en el resto del planeta? En la partida de ajedrez que está jugando con la monarquía británica, Meghan ya ha elegido color. Y aunque siempre abren las blancas, ella con un par de movimientos ya ha puesto en jaque a la reina.