Trumpismo
A la última ·
La vida social se ha degradado de tal manera que los ismos culturales se ocultan y los ismos triunfantes son corrientes diversas de lo peor de la condición humanaSecciones
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A la última ·
La vida social se ha degradado de tal manera que los ismos culturales se ocultan y los ismos triunfantes son corrientes diversas de lo peor de la condición humanaHace cien años el sufijo ismo se utilizaba para nombrar corrientes culturales de vanguardia, ya fueran filosóficas, literarias o artísticas. Estaban el dadaísmo, el futurismo, el surrealismo, el cubismo, el ultraísmo y sus representantes eran Dadá, Marinetti, Picasso, Magritte, Huidobro… Después, llegaron y triunfaron el ... comunismo, el fascismo, el nazismo o el franquismo, corrientes políticas temibles que evocan sufrimiento, pero, en general, perduraron los ismos estéticos, que siguieron influyendo en la creación de la belleza, mientras esos ismos políticos eran despreciados e incluso prohibidos.
Un siglo después, la vida social se ha degradado de tal manera que los ismos culturales se ocultan y los ismos triunfantes son corrientes diversas de lo peor de la condición humana: machismo, edadismo, racismo, belicismo, populismo, nacionalismo… Y su referente mundial se llama Donald Trump, que suma a los ismos, las fobias: xenofobia, homofobia, transfobia, islamofobia y otras formas de intolerancia y odio que deberían espantarnos y servir de paradigma para medir la bondad por oposición: cuanto menos nos parezcamos a Trump, mejores personas seremos.
¿Bondad, buenas personas? ¡Bah, cosas de bisabuelas! Los valores de moda, los que te convierten en un personaje atractivo son la mentira eficiente, la manipulación eficaz, la ocurrencia efectiva. Mañana, el trumpismo, compendio de los ismos nefastos, las fobias degradantes y los antivalores, puede convertirse en el movimiento más poderoso de la tierra. Lo será por elección democrática, y las buenas personas lo respetaremos, o será derrotado y montará una performance dadaísta porque la perversión no concibe la derrota.
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