En un reciente 'briefing', perdón, reunión informativa, de Pedro Sánchez con 40 corresponsales, el 90% de las preguntas versaron sobre la amnistía. Hasta los periodistas extranjeros se han contagiado del monotema. Baroja ya lo avisó. Lo recoge Julio Camba en 'La cursilería del regionalismo', cuando ... recuerda que, para don Pío, el defecto fundamental del regionalismo catalán era sustituir con un problema casero los grandes problemas de nuestro siglo. Lo casero hoy es la amnistía, nos hemos enredado en ella y nos dicen que bienvenida sea si así se pacifica Cataluña. ¡Pero si ya estaba pacificada y ahora corremos el peligro de que vuelva a inflamarse con tanto devaneo!

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Tenía 20 años cuando, moderando un debate en el aula Miguel de Unamuno de la Universidad de Salamanca, el filósofo Agustín García Calvo me dijo que lo mejor de las revoluciones es hacerlas, pero cuando se acaban, descubres que no llevan a ningún lado. El 'procés' debió de ser emocionante para quienes creían en él. Lo disfrutaron, se acabó, retornó la cordura y no se repetirá la revuelta. Si es que las revoluciones son como Eurodisney y el sushi, se disfrutan una vez, la segunda, aburren.

Muchos socialistas, no solo Page e Ibarra, están deseando que se acabe esta pesadilla para no tragarse media docena de sapos diarios. Cercas y Landero, que reconocen votar al PSOE, critican esta sinrazón, pero ni caso. Si Miguel de Unamuno, García Calvo, Pío Baroja o Julio Camba vivieran, reaccionarían contra la obsesión. Unamuno se indignaría, García Calvo razonaría con sorna y lucidez, Baroja y Camba criticarían, el uno con acidez, el otro con retranca, pero les harían el mismo caso que a Cercas y a Landero.

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