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Me gusta el fútbol pequeño, el de verdad. Nunca he sido socio de un gran club, pero en mi mesilla de noche guardo los carnés de los equipos de las ciudades donde he vivido: Cacereño, Zamora, Salamanca, Arosa... Me fascinan esos clubes ascensor que no ... sabes situar en el mapa: Panaderías Pulido, Ursaria, Polvorín, Atlético Pulpileño... Solo en los estadios de esos equipos sin grandes pretensiones suceden extravagancias como el sorteo de la caca de la vaca (Quintana de Raneros CF) o el equipo visitante salta al campo y lanza cajas de mantecadas al público. Eso hacía el Astorga el año que ascendió a Segunda B. Cuando vino a jugar a Cáceres, me fui del campo con los dulces para la merienda debajo del brazo. Quince días después, vino la UD Logroñés y los aficionados acudimos al estadio con bolsas para traernos botellas de vino, pero no hubo tal.

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larioja ¡Alé, alé, alé, Calahorra!