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Hay que reconocer que Isabel Díaz Ayuso es muy hábil en esa forma de concebir la política basada en llamar la atención, buscar el aplauso y culpar a otros de los problemas propios. Hasta ahora todo le sonríe, pero a los días de vino y ... rosas suceden los de vinagre y espinas. Nada hay perdurable en esta vida y los dioses que soplan el destino son caprichosos como el viento que trae nubes y se las lleva.

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larioja Isabel y la prudencia