Irse a la luna

ENTRE VISILLOS ·
Si la irresponsabilidad no cesa, aconsejo que cerremos los ojos y los oídos y huyamos a la Luna.

María Antonia San Felipe

Viernes, 30 de octubre 2020, 10:07

El otoño en La Rioja tiene muchos colores pero este año, junto al rojo de las viñas, predomina el color de la tristeza matizado de indignación. En vez de a pimientos asados, huele a hartazgo y desesperanza. Habrá que tomar medidas drásticas y salir huyendo ... a esos mundos por los que se puede viajar en soledad y sin normas. La imaginación nos permite crear universos alternativos en los que disfrutar sin que nadie ponga límites a nuestras figuraciones. De niños, cuando volábamos a esos lugares nos decían que estábamos en la luna y, a qué negarlo, en la luna vivíamos felices porque allí hacías de tu capa un sayo.

Hoy la NASA confirma que en la Luna puede haber agua helada. Si a la Luna le imaginamos mirada y sonrisa ahora podemos beberla, como cuando sorbíamos los polos de limón. Creerán que me voy por los cerros de Úbeda pero es que no encuentro otra salida a esta peste que nos rodea. Somos tan mezquinos que no renunciamos a nada. Hacer lo que nos plazca invocando la libertad es egoísmo irresponsable. Nuestros políticos se nos parecen, algunos piensan tan a corto plazo que confunden el hoy con el mañana.

Francia confina a sus habitantes con severas restricciones. Angela Merkel y los presidentes de los 16 estados federados pactan el cierre de todo el ocio. Casi todas las comunidades españolas se cierran, pero Díaz Ayuso quiere cerrojos de fin de semana para seguir jugando al escondite. Casado amenaza al Gobierno con chivarse a mamá Europa para que lo castigue por su mal comportamiento dándole un cachetazo a España. O sea que en el Congreso, siguen a lo suyo, sin propósito de enmienda e ignorando nuestra creciente indignación.

Un juzgado de Barcelona ordena detener a 21 personas por supuestos delitos de malversación de fondos públicos y blanqueo de capitales que favorecieron al independentismo. El Gobierno catalán anuncia su propia NASA y el lanzamiento de dos nanosatélites en 2021 que llevarán la senyera a lo más alto. Un tal Terradellas dice que en 2017, antes de la fallida declaración de independencia, Rusia ofreció a Puigdemont 10.000 soldados y pagar la deuda catalana, pero el president «se cagó en las bragas». La embajada rusa se parte de risa y dice que los soldados eran un millón. Cuentan que Rusia sigue difundiendo bulos sobre la pandemia y el intento de militarizar Europa. Ya ven, la sartén le dice al cazo. La universidad de Tel-Aviv confirma que los clavos hallados en una tumba del siglo I que pertenecía a Caifás, pueden ser los de la crucifixión de Jesús.

Así que, con permiso de la ciencia, me digo: ¡por los clavos de Cristo! La pandemia campa a sus anchas, enfermos y muertos crecen en medio de tanto disparate. Si la irresponsabilidad no cesa, aconsejo que cerremos los ojos y los oídos y huyamos a la Luna. Que avisen si regresa la cordura.