El proyecto de ley contra el radicalismo islamista en Francia acaba de recibir el aval de la Asamblea Nacional y seguirá en marzo su tramitación parlamentaria en el Senado, en medio de la que será interminable campaña para las presidenciales de 2022. Emmanuel Macron promueve ... esta iniciativa contra un «separatismo» cuya «voluntad de no vivir juntos» en nombre de argumentos religiosos o culturales pretendería minar los valores de la República. Junto a objetivos imprescindibles como avanzar en la lucha contra la incitación al odio en Internet y reforzar el control de las asociaciones y de una a menudo turbia financiación extranjera, la futura legislación no puede orillar la profundización de medidas económicas y sociales para integrar a los cinco millones de musulmanes del país que aspiran a no verse estigmatizados ni por su fe ni por los horribles crímenes con los que un interesado fanatismo estremece a las sociedades occidentales. Tampoco por una falta de oportunidades de formación o empleo que los deriva hacia la marginación. Y la defensa de la ley a cargo de un ministro de Interior que rivaliza en 'mano dura' con Marine Le Pen priva al debate de una muy necesaria serenidad.

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