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Es indiscutible que la bronca como instrumento político da beneficios a corto plazo. El tiempo dirá si quienes promueven la crispación logran sus objetivos. Lo cierto es que en el Congreso se está alcanzando un clímax barriobajero difícil de superar. El matonismo verbal ha sustituido ... al argumento y la indignidad al respeto. Enfada la peligrosa deriva que conlleva la degradación de la institución parlamentaria. En estos casi 45 años de democracia hemos visto de todo en el hemiciclo, desde el atrevimiento de algún diputado sembrado de ironía hasta debates broncos de importante contenido argumentativo y alternativas. Ahora, esto no solo no existe sino que nadie espera que la imaginación, el talento o el respeto iluminen los escaños de quienes no tienen más alternativa que la ira y la furia.

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larioja Insultos y democracia (II)