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En verano proliferan las plagas de insectos. También en televisión, por lo visto. Hormigas, en este caso. Si no había bastante con las de Pablo Motos, la parrilla se viene nutriendo desde hace semanas con unos ejemplares de otra clase, con más gusto por la ... carroña: las 'Hormigas blancas' de Telecinco.
Sorprende que esta apuesta de Telecinco coincida temporalmente con la emisión de 'Lazos de sangre' en TVE. Se trata de dos propuestas de información rosa, con perspectivas distintas. La primera, que ya lideró la parrilla hace unos años, repasa la vida del famoso en cuestión (ya han destripado a Ana Obregón, Miguel Bosé, Rocío Jurado o Julio Iglesias) a través de sus diversas apariciones en la prensa del corazón. La de la cadena pública se vuelca más en los testimonios del famoso y/o de su entorno para articular un relato más cercano, también más afable (¿qué amigo o familiar va a hablar mal de uno en la tele?).
No dejan de ser entretenidos ambos formatos, pues resulta ameno recuperar las historias del famoseo desde sus primeros escarceos con el papel cuché. Y tampoco está de más que se recuerden a los clásicos personajes del cotilleo, los de siempre, que a muchos de los actuales no los conocen ni en su casa. El mayor defecto del que adolecen ambas propuestas es que se afanan en prolongarse en la madrugada, sin acierto, a través de estériles debates protagonizados por 'supuestos' expertos en las materias tratadas. Al menos, en la de La 1 se puede elegir apagar el televisor una vez concluye la parte documental. Cosa que Telecinco no permite, pues se intercalan en la emisión las intervenciones en vivo de los tertulianos congregados. Para hacer más sangre, si es posible. Como hormigas, pero de las rojas.
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