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Han conseguido los responsables del barco Open Arms convertir un problema humanitario y político en un artefacto publicitario con presencia garantizada en los medios de comunicación. No solo porque hay cámaras dentro del barco que emiten imágenes que se difunden de manera multiplicada, también porque ... llevan a famosos a hacerse la foto, véase Richard Gere, o porque su responsable habla para los medios en tierra, con un punto de soberbia, hay que decirlo.
Hay una primera cuestión humanitaria: los 147 ocupantes actuales del barco deben ser acogidos por el país más cercano, Italia en este caso. Tiene que ver, o debería tenerlo, con dar posada, alimento y bebida a quien lo necesita; con la ley del mar. Está claro que por ahí Salvini no va a aceptar a nadie, sólo a esos dos bebés enfermos, uno de madre eritrea y otro de padre etíope, mira por dónde. Un juez ha tenido que decirle que el barco puede llegar a la costa italiana, pero no esta claro que puedan desembarcar sus ocupantes. Salvini está en campaña y la lucha contra la inmigración es su banderín preferido. Al no entrar por la vía humanitaria, los ocupantes del barco deberían llegar a tierra firme por la vía política y ser atendidos.
La Unión Europea es un ámbito de acogida y solidaridad, lo ha sido al menos hasta ahora. No es justo decir que estos hechos avergüenzan a Europa, así en general, porque Alemania, socio fundacional de la Europa que hoy conocemos, ha recibido por cientos de miles a personas venidas de otros países, cerca de un millón en 2015 y 2016, a pesar de la reacción contra Merkel de algunos sectores neonazis del país. Si falla la vía humanitaria, debería imponerse políticamente una solución europea de reparto por países europeos, que es en la que parece que se esta y que traerá a España, país de bandera del barco, a alguno de los migrantes.
España recibió hace un año a los 630 ocupantes del Aquarius y el servicio de salvamento marítimo español ha rescatado del mar Mediterráneo a casi 50.000 personas en el último año, las que llegan por el extremo occidental del Mediterráneo, que es la zona de su competencia.
Hay eficacia en el montaje publicitario creado en torno al Open Arms, pero hay también un punto de arbitrariedad respecto de otros inmigrantes. Sabemos de su existencia por las imágenes y se diría que los miles de ahogados de los que no hay foto, no hubieran existido. El alcalde de Cádiz ha salido raudo a ofrecerse a acoger a los migrantes, cuando hace unos días otros como ellos llegaron ¡a las playas de la propia Cádiz! sin que merecieran una palabra por parte del regidor. No había imágenes difundidas durante días. Las diferentes políticas sobre la inmigración dividen a Europa y amenazan con romperla.
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