Información y serenidad

Era inevitable cuestión de tiempo. La Rioja tomaba ayer color en el mapa de las regiones con positivos de Covid-19 (coronavirus). Se sumaba a tan indeseable lista con dos casos: el de un profesional sanitario que trabaja en un hospital Txagorritxu, de Vitoria, y ... el de un vecino de Haro que acudió con síntomas al centro hospitalario Santiago Apóstol, de Miranda de Ebro. Dos casos que sólo coinciden en el tiempo y que vienen a incrementar la preocupación en la opinión pública riojana. Como lo hacen a nivel nacional las más de 120 personas afectadas y la eventualidad de que se incremente el nivel de alerta en «determinadas zonas» de Madrid y el País Vasco donde no se ha podido identificar el origen de los positivos por Covid-19. Mientras, la Comisión Europea elevaba a «moderado alto» el riesgo de contagio para el conjunto de la Unión Europea. Parece claro que la incidencia de la epidemia describe por el momento una curva ascendente en nuestro país. Los interrogantes sobre el coronavirus pesan todavía más que las certezas sobre las que se mueven las autoridades sanitarias. Pero tanto las recomendaciones para prevenir la infección mediante la higiene personal como las indicaciones para notificar posibles síntomas sin acudir a los servicios hospitalarios o de atención primaria y las instrucciones de aislamiento domiciliario de personas afectadas o presumibles de serlo son pautas incontrovertibles a la hora de confrontar la epidemia. Del mismo modo que la serenidad constituye la actitud más sana y eficaz para responder a cual sea la evolución del problema. Serenidad que debe alimentarse de información rigurosa y puntual desde la administraciones sanitarias como única fórmula para otro virus, el de la rumorología cuando no el de la falsedad intencionada.