Los Inditex de barrio

El problema en este escenario terrorífico es que desde el Gobierno de España se están tirando por la borda las últimas reservas de quienes generan empleo y riqueza. Porque el apoyo que las empresas están recibiendo de él es cicatero. Como si todas fueran multinacionales al estilo de El Corte Inglés, el Banco Santander o Iberdrola por poner algunos ejemplos. En su inmensa mayoría, y La Rioja es buena nuestra de ello, se trata de pymes y de autónomos, que por sus características deberían merecer un trato específico. No digo privilegiado, digo especial. Pero no. Salvo los ERTE por fuerza mayor, que desbocarán las cifras de paro registrado que se conocen hoy, el Ejecutivo central exige un esfuerzo extraordinario de 'solidaridad' a las empresas –recuerden: su pescadería, su carnicería, su panadería, los Inditex de barrio– y las aboca a pedir créditos para pagar los impuestos. Su rigidez es tal que ni siquiera ha tomado en consideración la recomendación del Consejo General de Economistas sobre un aplazamiento, que no condonación, de los compromisos tributarios. Menos mal que el Gobierno regional ha actuado en su margen competencial. Ayer aprobó aplazar un mes el pago de los impuestos cedidos por el Estado: Sucesiones y Donaciones, y Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Una medida que, sin embargo, llega con retraso, pues La Rioja ya había sido adelantada por la mayoría de las administraciones autonómicas.