El último amago de endurecimiento de las restricciones COVID, que publicó el sábado el BOE, fue bloqueado ayer por la Audiencia Nacional, que atendió con medidas cautelarísimas el recurso de Madrid contra las del Ministerio de Sanidad. La Audiencia sustentaba su auto en el «riesgo de generar situaciones de incertidumbre y de menoscabo (que pudiera ser grave) a los intereses de los afectados...». Riesgo que en La Rioja ya había adquirido categoría de evidencia para cuando el tribunal se pronunció. Tal fue la inquietud que el BOE provocó en la región en los sectores hostelero y hotelero, amenazados ambos por el nuevo semáforo epidemiológico ministerial, que dejaba a La Rioja en un nivel de riesgo que habría exigido de nuevo el cierre perimetral de la región y limitaciones a bares y restaurantes. Hoteles, casas rurales y agencias dejaron constancia de la situación de indefensión que les provocó una página del BOE cuyo contenido contó con el apoyo del mismo Gobierno de La Rioja, que desde el domingo trataba de desmarcarse, lo que contribuyó a acrecentar la confusión, los nervios y hasta el enfado de los afectados. La decisión de la Audiencia aportó algo de paz, aunque sea una paz aparente e inestable.

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