El ahorro de los hogares españoles alcanzó en julio su máximo al superar los 942.800 millones de euros. Esta cantidad es un 5,6% superior a la del mismo mes del año 2020, lo que representa un incremento de 50.000 millones. En comparación ... con febrero del año pasado, el mes anterior al estallido del COVID-19, la cuantía del ahorro de las familias ha subido en casi 91.000 millones de euros. Esta situación es anómala ya que lo habitual ha venido siendo un descenso sistemático del ahorro en julio, mes en que comenzaban las vacaciones para un nutrido grupo de ciudadanos. Además, al inicio de este periodo estival se acumulan ciertas obligaciones fiscales, como el primer plazo del IRPF. Todo lo cual indica que la pandemia y la incertidumbre económica han estimulado la prudencia de una mayoría, que ha decidido controlar el gasto por si la coyuntura se agrava. Falta la confianza que genera la disposición a consumir. Hay una mayoría que no ve aún el horizonte suficientemente despejado. Y, como es natural, este retraimiento tiene consecuencias económicas y nos adentra en un círculo vicioso: no gastamos porque no vemos aún prosperidad, y esta no llegará si no hay consumo.

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