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Uno de los mejores ejemplos del mundo de fantasía en el que viven nuestros políticos es el bar del Congreso de los Diputados: desayuno por ... 1,15 euros y menú del día a 4,50. Ahí no ha llegado la inflación y no sé yo si habrán adaptado el termostato a la nueva distopía energética que sufrimos el resto de los españoles. Habrá que investigarlo y yo confío en que en cuanto comience el periodo de sesiones un periodista de la capital entre por los pasillos enarbolando un termómetro en la mano con mucha solemnidad.
Son esta clase de cosas las que hacen al ciudadano español recelar la Ley, escrita la Ley así en mayúsculas y entendida en general, porque advertimos todos que los gobernantes quedan invariablemente fuera de su alcance. Fue el único hallazgo notorio de los restos que llegaron a la orilla tras el naufragio del 15M: todo aquello de la casta que permanece aquí a diario entre noticias de indultos, conchabeo con los criminales, puertas giratorias y la tradicional corrupción ibérica.
Los precios del bar del Congreso son una idiotez y no hay que hacer demagogia pero expresan el estado de las cosas. Como dice el Joker en esa escena de 'El Caballero Oscuro' en la que le prende fuego a una montaña de billetes, «no se trata de dinero, se trata de mandar un mensaje». Así hay que interpretar estos símbolos igual que el asunto del Falcon. El año pasado Sánchez realizó 151 vuelos, algunos a destinos que se encontraban a una hora en coche desde Madrid. Se trata –otra vez el Joker– de lanzar un mensaje al pueblo y hay que ser muy idiota o muy ingenuo para no descifrarlo.
Tras décadas de bandazos y confusión en la política energética europea vivimos ahora esta crisis que va a traernos un otoño de escaparates apagados, combustibles por las nubes y guerra térmica en los trabajos. Nos exigen el enésimo sacrificio y ellos en lugar de dar ejemplo salen con lo de las corbatas para que gritemos todos en un guirigay de sobremesa, somos gatos histéricos detrás de un puntero láser. Los científicos del mundo llevan años buscando una fuente de energía barata e inagotable; deberían estudiar a fondo la paciencia del pueblo español.
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